Esta exposición es una invitación a indagar el por qué sólo ciertas fotografías, principalmente del archivo Casasola, colonizaron el imaginario de la nación a lo largo de una centuria, y cómo la reiterada edición y distribución de esas imágenes que inspiró a no pocos pintores, artistas gráficos, novelistas y cineastas, acabó por convertirse en una especie de monumento nacional intocable e inamovible, que sepultó por muchos años cualquier intento de ver y abordar la revolución mexicana desde otra perspectiva.
La investigación es un intento por encontrar el orden perdido en el trastorno de esa memoria, y por explicar cuál fue el papel que jugó la fotografía en la dimensión cultural que tuvo la revolución política. En ese sentido la exposición es una advertencia contra el peligro que implica la monopolización de la mirada, y propone una revisión de la revolución mexicana a través, no de una, sino de 104 miradas, muchas de ellas inéditas. Son imágenes de cien fotógrafos mexicanos y extranjeros, profesionales y aficionados, que cubrieron la lucha armada en varias zonas geográficas y durante más de dos décadas, especialmente en el periodo de 1910 a 1924.
Museo Nacional de la Revolución